Colchón viscoelástico o látex
Uno de los mayores factores a tener en cuenta para lograr un buen descanso es el tipo de material del cual se componga nuestro colchón. No es lo mismo utilizar un colchón viscoelástico o látex, y aunque compartan muchas características también difieren en otras tantas. Aunque en un artículo previo hablábamos sobre qué tipo de colchón elegir y comentábamos algo sobre estas diferencias, en este artículo realizaremos una guía más detallada para analizar sus diferentes características.
Látex
El látex es un material derivado de la savia de un árbol de caucho. Una vez extraída esta savia pasa por un proceso, resultando en el látex que conocemos. Además, es posible realizarlo sin cortar el árbol, con lo cual estamos ante un producto completamente ecológico y natural.
Se utilizan dos procesos diferentes para realizar este proceso: Dunlop y Talalay.
- Dunlop: es el proceso más antiguo; implica remover, moldear y hornear el látex. Esto da como resultado un material denso y heterogéneo con los elementos más pesados en la parte inferior y los materiales más livianos en la parte superior. Por esta razón, el látex de Dunlop se usa más comúnmente en la base de colchón o en alguna capa que ofrezca soporte al colchón.
- Talalay: proceso más reciente; éste elimina el oxígeno de la savia antes de que se congele y se hornee, dando como resultado un material ligero y esponjoso con una consistencia homogénea. El látex de Talalay se encuentra normalmente en las capas superiores, es decir, en las capas de confort de un colchón.
Además, cambiando la densidad del colchón también cambiará la respuesta del mismo. Sin embargo, algunos colchones de látex pueden contener químicos en su composición; un verdadero colchón de estas características estará exclusivamente compuesto por látex en todas sus capas, usualmente capas de Dunlop en la base y Talalay en las capas superiores. De forma ocasional, algunos colchones están hechos con capas de confort de látex y núcleos de soporte de espuma de polietileno.
Viscoelástica
Es una mezcla de espuma de poliuretano que fue desarrollada por la NASA en la década de los 60. Como material a base de poliuretano, la viscoelástica se considera como un material sintético. El poliuretano se trata con productos petroquímicos que hacen que el material sea más denso y más viscoso. La espuma resultante es de «poros abiertos», lo que significa que su superficie y núcleo están formados por burbujas que ayudan a que el aire circule.
Tradicionalmente, se utilizaba la espuma de este tipo para proporcionar capas de amortiguación en los colchones. Este material procura un entorno suave y relativamente agradable pero no se ajusta al cuerpo de la misma forma que el látex; como resultado, los que duermen sobre superficies de espuma de polietileno pueden experimentar incomodidad y presión adicional en ciertas áreas del cuerpo más sensibles. Asimismo, se degrada bastante rápido.
La viscoelástica, por otro lado, está diseñada para adaptarse cuando entra en contacto con el calor corporal, pero cuando se enfría vuelve a su forma original. A la hora de acostarse en la cama, la espuma crea cierta impresión, un poco “tensada”, alrededor de tu figura pero sin hundirse demasiado. Esto permite que alivie los dolores y la tensión en el cuello, los hombros, la parte baja de la espalda y las caderas. También puede mejorar la alineación de la columna vertebral para los que duermen de lado. La espuma se adaptará al cuerpo con el tiempo y «recordará» sus dimensiones volviendo a adaptarse cada vez que te acuestes en la cama.
Cabe destacar que, a diferencia del látex, un colchón de viscoelástica nunca será 100% de este material ya que éste se hunde demasiado como para poder proporcionar una capa base efectiva para la cama. Estos modelos suelen estar constituidos por, al menos, una capa de viscoelástica; una capa de espuma de polietileno que podemos denominar de transición y un núcleo que ofrezca soporte hecho de espuma de polietileno de alta densidad.
Como último punto a destacar, la viscoelástica tiende a ser muy calurosa, absorbiendo el calor corporal. A consecuencia, muchas marcas de colchones han introducido capas infundidas con gel líquido, grafito y otros materiales que ayudan al enfriamiento. Las fundas hechas de telas transpirables también se suelen usar para compensar la absorción de calor de la viscoelástica.
Olores
Un aspecto muy importante a tener en cuenta son los olores. Dentro de esta categoría entra la llama “desgasificación”; pero, ¿qué significa? Es la liberación de sustancias químicas que el colchón efectúa. Generalmente este proceso se da con el colchón recién estrenado, al retirar por primera vez el embalaje. Estos olores suelen ser algo desagradables, pero la mayoría de los olores asociados con los colchones se disipan en cuestión de días, incluso de horas. El tipo de ventilación que tenga la cama contribuirá a la mayor o menor generación de estos tipos de olores.
Látex
La mayoría de los colchones producen algo de gasificación, aunque la resistencia y la persistencia de éstos depende de la composición del material. Las camas de látex, emiten, muchas veces, un olor desagradable a goma cuando son nuevas. Sin embargo, con los colchones de látex con componentes sintéticos los olores tienden a ser más fuertes y duraderos. Algunos tipos de látex, especialmente el látex natural u orgánico, producen muy poco olor que se disipa con bastante rapidez.
Viscoelástica
La viscoelástica se asocia con olores más abusivos. La mayoría de los colchones de esta espuma emiten, de forma significativa, mal olor cuando son nuevos. En general, las viscoelásticas más densas producen olores más fuertes y más persistentes que las de baja densidad. Aunque el olor y potencia varía según el modelo de colchón de este tipo. Los olores excesivos que emiten gases son una de las quejas más comunes asociadas con este material.
Comparativa Látex vs Viscoelástica
A continuación, compararemos una serie de características entre los dos tipos de colchones; así como sus ventajas e inconvenientes.
Soporte/Apoyo:
Viscoelástica: Buen resultado Látex: Muy buen resultado
Explicación: El látex es más duradero y sensible que la viscoelástica. Como resultado, es menos probable que el látex se hunda debajo del cuerpo y resistirá las hendiduras por un período más largo. Esto hace que sea adecuado para la mayoría de las posiciones de sueño, especialmente para los que duermen de espaldas y para los que duermen con el estómago.
Alivio del dolor y/o presión:
Viscoelástica: Buen resultado Látex: Buen resultado
Los colchones de viscoelástica con capas más suaves suelen proporcionar un mayor alivio del dolor y presión para las personas de cuerpos más ligeros y para aquellos que duermen de lado, mientras que las camas más firmes son más adecuadas para las personas con cuerpos más pesados. Los colchones de látex con capas de confort de látex Talalay generalmente alivian más dolores y molestias que aquellos con capas de Dunlop.
Soporte en diferentes zonas del cuerpo:
Viscoelástica: Muy buen resultado Látex: Buen resultado
Referido a las zonas con más peso. El “abrazo” de la viscoelástica es más profundo y notable, especialmente si el colchón tiene una firmeza suave o media. El látex también ofrece un buen soporte general, pero no tan consistente como la viscoelástica.
Equilibrio de la temperatura:
Viscoelástica: De regular a bueno Látex: De bueno a muy bueno.
Aunque la viscoelástica tenga capas que ayuden al enfriamiento del colchón y un buen método de aireamiento, tiende a acumular el calor de una forma mucho más notable. En el látex, normalmente, se suele dormir mucho más fresco.
Aislamiento de movimiento:
Viscoelástica: Muy buen resultado Látex: Muy buen resultado
Ambos colchones aíslan el movimiento en gran medida. Son prácticamente silenciosos cuando se trata de soportar peso.
Látex
Ventajas: Alta respuesta de adaptación, diferentes opciones de firmeza.
Contras: Más caro que la viscoelástica, a algunos no les gusta la sensación de respuesta del látex.
Viscoelástica
Ventajas: Gran capacidad para contornear la figura, precios competitivos y opciones generales.
Contras: pueden acontecer muescas semipermanentes en la superficie de descanso, es decir, un problema de flacidez; además tiene un desgaste mucho más rápido que el látex. Los colchones más baratos pueden tener problemas de “desgasificación”.
Conclusión: ¿cuál debo comprar?
Al final, cada uno debe decidir qué es lo mejor para su cuerpo, y qué le va mejor, pero de forma orientativa podemos decirte que…
Deberías comprar un colchón de viscoelástica si…
- Experimentas dolor frecuente o crónico.
- Prefieres los colchones “abrazan” el cuerpo y permiten contornearlo.
- Tú y tu pareja os despertáis a menudo debido a algún movimiento o a ruidos.
- Prefieres comprar un colchón con un precio relativamente bajo.
Deberías comprar un colchón de látex si…
- Tiendes a dormir con un calor excesivo.
- Prefieres colchones que se ajusten de forma gradual y moderada pero constante.
- Eres sensible a los olores fuertes.
- Tienes un presupuesto elevado para poder comprar.